Después de rodar en el 2005 la película "White
Lion: Home is a Journey" (León Blanco: el hogar es una travesía), el
cineasta y zoólogo Kevin Richardson ya no pudo desprenderse de los 40
leones que "actuaron" para su documental, y les construyó un santuario
de 1, 800 acres para su preservación, a las afueras de Johannesburgo. En
él, intenta hacer consciencia en el mundo sobre el riesgo de extinción
que corre esta especie africana.
"Los números
han disminuido, en la pasada década, hasta 75 por ciento. Es una
cantidad sorprendente, si tomamos en cuenta que la población actual es
de 23, 000 leones, " expresó Richardson. "El mundo piensa de África como
un paisaje grande, abierto. Pero no lo es. Los humanos se están
expandiendo y confinando a las especies a espacios cada vez más
reducidos."
A partir de entonces, Richardson vive y literalmente convive con ellos
cotidianamente. Juega,
corre y hasta duerme con ellos como uno más de la
manada. Los leones han aprendido a aceptarlo, pero esta aceptación ha
sido producto del respeto y confianza mutua. Es común verlo recibiendo
muestras de afecto por parte de los leones, chicos y grandes: abrazos,
mimos y juegos. Algunos periódicos lo han llamado "Lion Whisperer" (El
Encantador de Leones), debido a su facilidad de convivencia con los
felinos.
Este especialista en ejercicio y
fisiología, afirma que, además de afecto, su técnica de interacción se
basa en el instinto y la anticipación, además que lleva más de una
década estudiando su comportamiento.
Sin embargo, Richardson afirma que el motivo principal de su actividad
en el santuario, es alertar sobre el peligro de extinción que enfrenta
la población de los leones blancos, objetivo que se ha visto ayudado por
los medios en Internet, y próximamente a través de una serie en ABC
titulada "The Outsiders" (Los Forasteros), la cual expondrá a un público
masivo, la sorprendente aventura de este activista amante de los
animales.
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